viernes, 23 de octubre de 2020

Nadie va a salvarnos

 Vox ya ha presentado su moción de censura abocada al fracaso desde el principio, y las cosas han ido como todo el mundo esperaba que fueran. No ha salido adelante. Todos los demás partidos la han usado para atacarles, tanto la izquierda como especialmente la derecha. Casado ha decidido jugársela a aislar a Vox para que en las próxima elecciones parezca que votar a los de Abascal es tirar el voto, pues no pueden reunir apoyos. Y probablemente todo esto solo haya servido para afianzar al PSOE y ese dominio férreo que tiene sobre la España actual, bota de plomo. A los socialistas les basta erigirse como el freno a la ultra hiper extrema mega derecha mientras exhiben sin rubor su aplastante mayoría: son el único partido capaz de gobernar con este panorama tan fragmentado. Es así, el único con la suficiente base de votantes borregos acérrimos capaz de aglutinar a su causa también a los nacionalistas y su desmedido peso (cortesía de la ley actual de partidos, que por supuesto ni se plantean en reformar). En todo caso, y ya que evidentemente no iba a prosperar, esta moción suicida solo podía servir para que los votantes de Vox se reafirmaran, pero poco más. ¿O alguien pensaba que un votante de PSOE, Podemos o Bildu iba a ver el discurso de Abascal y pensar “oye, pues me ha convencido. Me cambio de bando”? No señores, así no funciona el asunto, ni el cerebro humano. Y el de un votante de esta gente, menos.



  Vox no va a salvar a nadie. Si tenemos que salvarnos, tendremos que hacerlo nosotros mismos. Y en este caso la salvación viene de los votantes de izquierdas, de que recapaciten, saquen la cabeza de sus agujeros y recobren la dignidad. Por todos.

  Soy antitaurino. Soy republicano. Defiendo la igualdad de todos los colectivos. Participo con ONGs de ayuda a inmigrantes. No tengo prácticamente nada que ver con la derecha y nunca lo he tenido. Hace años, sin embargo, decidí que quien menos merecía mi voto a día de hoy, era la izquierda. Y el tiempo me ha dado la razón. 

  No puede ser que la gente apoye a un partido como Podemos que fomenta directamente el odio al varón. Sistemático y sin ningún paliativo. Un partido cuya máxima representante en materia económica, Yolanda Díaz, es capaz de ignorar que el 90% de muertos en accidentes laborales son hombres, para llegar a decir que la siniestralidad laboral tiene rostro de mujer. Un ser lleno de odio que, además, ha manifestado su intención de que hombres y mujeres cobren lo mismo, aunque desempeñen distintos trabajos. Es decir que los hombres van a seguir jugándose la vida más que las mujeres, pero además por menos dinero. De verdad que no entiendo que ningún trabajador de la construcción se plantee votar a esta gente.

  Un partido con criminales hipócritas en altos cargos, como Echenique, que se llenaba la boca hablando de la dignidad de trabajadores domésticos, condenado ahora por tener de manera irregular al suyo.

  Podemos es un partido que ya ha cruzado todas las cotas posibles de miseria humana, apoyando públicamente a la secuestradora de niños y cabecilla de una trama organizada de denuncias falsas, la presidenta de Infancia Libre, aún después de ser condenada.

  Respecto a Iglesias, mi gran decepción política, él puede vivir donde le dé la gana mientras sea con su dinero, por supuesto y, aunque me parezca una vergüenza que él o Abascal se permitan casas con las que los mortales de a pie ni soñaríamos, es lícito. Lo que no es tan lícito es que un representante político llegue al poder prometiendo a sus votantes no irse de Vallecas y llegando a afirmar que no hay que fiarse de los políticos que se aíslan el chaletazos y, acto seguido, hacer él lo mismo. Para levantarse y ver que has sido engañado también hace falta dignidad, y es algo que a los votantes de izquierdas les está faltando.

  De aquí a la renovación del poder judicial. Tanto PSOE como Podemos expresaron en la oposición su compromiso de despolitizar el Consejo General del Poder Judicial y hacer efectiva nuestra mermada separación de poderes. Lo primero que hicieron al llegar al ejecutivo fue nombrar a una exministra socialista fiscal general del estado y, actualmente, pretenden cambiar el método actual de elección de jueces para que dependa aún más del gobierno. Sin señales del electorado de la izquierda.

  Subirse el sueldo y aumentar el gasto público en ministerios y asesores también ha sido una seña de identidad de este gobierno de la gente. Gobierno de SU gente más bien, y a los de abajo, hormiguitas que les habéis votado, que os den.

  La mentira es su marca, porque saben que los votantes de PSOE y Podemos ofrecieron sus cerebros y su orgullo a los pies de sus amos hace mucho. Iglesias puede decirte que no quieren bajar el IVA de las mascarillas al 4% porque ellos “querían bajarlas mucho más”, mientras que la ministra de economía miente diciendo que es que desde Europa no les dejan. España tiene uno de los IVAS más grandes aplicados a mascarillas de la zona euro.

  Y, por volver al feminismo, que es la peor lacra social actual de nuestro país, tenemos a PSOE y Podemos apoyando que una mujer no tenga más que decir que un hombre la ha maltratado para arruinarle la vida y quitarle a sus hijos.



  La lista de agravios de la izquierda hacia toda España, pero especialmente hacia las personas que les han votado, es interminable. Si eres un trabajador y les votas, estás haciendo el tonto. Si eres hombre y les votas, estás suicidándote. Y a mí, como firme defensor del derecho a morir de la gente, me da igual que te suicides. Es más, para hacer esto con tu voto, lo prefiero, pero no nos arrastres contigo. Y por último, si eres mujer y votas a esto, eres patética, un ser podrido de odio contra los varones obligada a vivir entre ellos mientras hallas un pequeño consuelo en ser tratada como una auténtica subnormal incapaz por sí sola.

  La solución no viene de Vox, ni mucho menos del infame PP. Para empezar, son partidos que no me gustan y con los que no comparto nada. La solución viene de la izquierda, de que se den cuenta, de que se harten. De que vean que la única opción que tienen de recuperar la decencia que han perdido es no dar su voto a partidos tan miserables como PSOE y Podemos para que, a fuerza de sangrar dinero, que es lo único que les interesa, se den cuenta de que esa no es la manera y mejoren. Cambien. Sean lo opuesto.

Votantes de izquierdas, os hablo como si fuerais mi yo pasado: despertad. No hay nada más placentero que verte íntegro, con tu orgullo y tus valores intactos. Sé que por primera vez en mucho tiempo vais con el que gana, pero el que gana es una puta mierda, y eso os convierte a vosotros en lo mismo.

  Sed justos. Sed nobles. Por vosotros, pero también por todos. No votéis a esta gentuza.