Dos amigos quedan en una cafetería.
–¡Cuánto tiempo Joseba!
–¿Qué pasa, Santi? ¿Cómo estás?
Se abrazan vehementemente. Toman asiento uno frente al otro y piden
sendos cafés.
–Pues nada, bien. Aquí seguimos, las cosas como siempre. María está bien
y la niña creciendo como un monstruito –dice Joseba.
–Jajá, es lo que tienen los críos.
–¿Tú cómo vas?
–Pues bien también. Viajando mucho y eso, de un lado para otro. No paro
quieto.
–Ya, el mundo está loco... supongo que te toca cubrir muchas noticias.
Entre el coronavirus, lo del gobierno...
–Jajá sí, bueno, lo del coronavirus es lo que es. Lo que dices del
gobierno, no lo entiendo. Tenemos uno progresista que nos está sacando del
hoyo.
–Sí... bueno, yo tampoco creo que sea la panacea. Ya he visto algunas
propuestas que... tela.
Joseba nota cómo Santiago abre los ojos de manera rápida y casi
imperceptible, mientras una línea venosa marca su sien derecha.
–¿Por qué? ¿Qué propuestas? –pregunta Santiago, fríamente.
–Pues, por ejemplo, eso del solo
sí es sí.
–¿Qué tiene de malo? Lo que no es normal es que se pueda violar a una
chica impunemente solo porque no dijo no,
como la Manda de Manresa.
–Es que eso no es verdad. El código penal ya recoge como delito el sexo
sin consentimiento. Es más: ¿por qué dices impunemente?
La Manada de Manresa fue condenada a penas de 10 a 12 años, cuando lo máximo en
España es 20. Es una pena bastante grande.
–Pero no por violación.
–Precisamente, el término violación
lo sacó tu “izquierda progresista” del Código Penal. En realidad, la
izquierda siempre se ha basado en la reinserción frente a la punición, por eso
tiende a penas menores. ¿Quieres penas mayores, como la derecha?
–Lo que quiero es proteger a las mujeres. Que solo sí sea sí.
–Pero vamos a ver, Santiago... ¿tú nunca has
tenido relaciones sexuales de manera pasional? Ayer mismo, mi mujer y yo
estábamos viendo una película en la habitación, la niña acostada. En un momento
dado, María me empezó a tocar y besar el cuello, yo le empecé a acariciar y, en
pocos segundos, estábamos al lío. ¡Ninguno necesitó el sí del otro para
entendernos! ¿No te ha pasado nunca?
–No frivolices con el tema.
–No frivolizo. Te digo lo que hay: las relaciones son difíciles de atar
a una mera palabra, y que el estado se meta... Además, es absurdo. Para empezar,
es indemostrable si la persona dijo o no dijo sí. Incluso aunque haya vídeo, el acusado solo tendría que declarar
que dijo sí en otro momento.
Santiago abre mucho los ojos y mira al infinito.
–A la mujer se la cree. Siempre.
Joseba levanta la ceja.
–Eso ya es eliminar la presunción de inocencia a media población.
Además, ¿qué es eso de si una mujer no
dice sí? ¿Solo la mujer? Si no ya por los hombres heterosexuales, piensa en
las parejas gays. Hay hombres violados por otros hombres. ¿Por qué hacer una
ley que discrimine a media población?
–Es necesario. Por el bien común.
–¿Discriminar a media población y a los gays por el bien común? De qué
me suena eso...
–Es así. El hombre es el mal. No podemos seguir violando impunemente.
–¿Estás... confesándome un crimen?
Joseba se ríe. Santiago, no.
–Es algo serio. Hay que pararnos. Solo sí es sí.
–Pero vamos a ver, Santiago... lo primero de todo: el que haya sí o no, no va a parar a un violador. Un violador
sabe que lo que hace está mal. Es más, generalmente, los violadores buscan la
humillación y la sumisión de la víctima. Precisamente, que no digan sí es lo que más les excitaría.
–Todos somos violadores.
–¿Qué dices...?
–Así protegemos a las mujeres inconscientes o borrachas.
–Pero Santiago... si es que esas ya están protegidas. El abuso es un crimen horrendo y
nauseabundo y está penado, pero es que si no hay violencia, pues tendrá que
tener menos pena que cuando la haya, ¿no? Es como la diferencia entre hurto y robo, nadie piensa que el hurto
es librarse de una pena, ¿no? Pues aquí igual. No puede ser lo mismo que
aproveches que una persona está inconsciente previamente o que la violes a
punta de navaja. Y las dos cosas son horribles, ojo, pero... ¿qué quieres? Peor
aún, esta nueva ley de Irene Montero te dice que es violación tanto no poder
demostrar el sí explícito de la otra
persona, como darle una paliza a una mujer y violarla. Además, las penas son
iguales, para lo cual se rebaja la del violador de la paliza. ¿Ves justo que un
violador tenga menos pena y que un tipo que no grabó su relación sexual le
iguale?
–Ambas son violaciones.
–Vale. Pues llamamos violación
a aprovecharse y superviolación a
usar la violencia. ¿Eso sería mejor para ti? ¿Qué habríamos solucionado?
–No.
–¿No, qué?
–Que no esperaba que fueras así. Quieres que violen a tu mujer y a tu
hija.
–Santiago... ¿qué dices?
–No me esperaba esto de ti. Me voy.
Santiago se va, ultrajado. Joseba ha perdido un amigo... y se ha quitado
un peso de encima.
Y hasta aquí un breve resumen de lo que
he ido viendo en redes con este tema. Lo que quiero decir con esto es que la
actual cosa que tenemos y a la que llaman feminismo
es una puta mierda, las leyes que promueven un atraso social y un cáncer y
quien lo defienda, gilipollas.
Hay que echarles.
Buen día y ánimo para la gente que aún quiere justicia.
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